En una calle comercial del fraccionamiento Sonoita, se abre una gran puerta de metal y nos recibe Pedro Hoyos, socio y principal promotor de Destilería Agua Caliente, a quien hemos visto en innumerables eventos y presentaciones online haciendo gala de los conocimientos que ha logrado sobre los destilados, su producción, degustación y su uso coctelería.
Inmediatamente pasamos a "donde se hace la magia" y Pedro nos invita a empezar por el principio: "Todo empieza por los ingredientes", dice "y los básicos son agua, alcohol y especias. Usamos solo alcohol de maíz, y aquí mismo molemos y fermentamos el grano hasta lograr un proceso que nos entrega un alcohol de altísima pureza. El alcohol y el agua se llevan al alambique para el destilado en distintas etapas en las que se condensan y recolectan sólo los alcoholes del corazón del proceso. Luego, como si se tratara de una infusión, preparamos un saco de especias orgánicas que le darán a nuestro gin la fragancia que lo distingue"
Enebro. Pimienta rosa de San Vicente. Romero de cosecha casera. Vainas de vainilla. Pimienta Cubeb de la India. Pimienta "Grano del Paraíso" de Madagascar, y algunos secretos más.
Podemos observar el proceso desde una pasarela metálica que rodea por arriba toda el área de trabajo. Un precioso alambique de acero, cobre y escotillas de vidrio, parece observar a los tanques de acero inoxidable donde los destilados reposan y adquieren espíritu, cuerpo y sabor. Más allá, identificamos la máquina embotelladora, junto a otra que contiene un rollo de etiquetas con el logotipo de Enmienda 18. Todo el proceso es manual y artesanal, y tanto Pedro como sus socios lo realizan de principio a fin de manera precisa y apasionada.
«No venimos de familias destiladoras ni tenemos background en el negocio. Empezamos mi socio Alberto y yo porque en nuestros viajes de negocios por Asia, Europa y Estados Unidos veíamos que los destilados y la coctelería recuperaban el lugar de prestigio y preferencia que habían tenido durante gran parte del siglo pasado. Iniciamos con un pequeño alambique y echamos a perder litros y litros de destilado hasta encontrar lo que buscábamos. Hoy, comparando con otros destilados comerciales reconocidos, podemos decir que logramos un producto excelente; no lo decimos solo nosotros, sino los mixólogos, bartenders y los premios obtenidos,» cuenta Pedro.
En otra parte del edificio todo está dispuesto para crear un área de degustación que pronto abrirá sus puertas. Un gran logotipo de Enmienda 18 domina el salón detrás de una amplia barra de madera en la que cabe un instructor y un alumno, o un visitante y un bartender para preparar los distintos tragos que se pueden crear a partir de los gins o el vodka de la casa.
"Intentamos ser no solo una destilería a la que puedes visitar, conocer su proceso y hacer una degustación, sino un taller donde podamos transmitir a los chefs, bartenders y meseros la esencia de los destilados, sus cualidades y posibilidades, para enriquecer desde la barra el gusto por cada vez mejores destilados y tragos," concluye Pedro.